Código de ética de CENDITEL

El Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres, nace el 10 de noviembre de 2006, casi un lustro después del sabotaje tecnológico al cerebro de PDVSA ejecutado por el Departamento de Estado de los EEUU para deponer del poder al entonces Presidente de Venezuela Hugo Chávez. El líder bolivariano expone los cimientos filósoficos de la Fundación en su acto de inauguración, parafraseando al Libertador Simón Bolívar en el Rosario de Cúcuta el 21 de mayo de 1820 cuando expresó: “dice Bolívar: ‘Decreto 6: Fomentar la industria, proponiendo y concediendo premios a los que inventen, a los que perfeccionen o a los que introduzcan cualquier arte o género de industria útil…’. Fíjate, que él esta enfocando hacia innovación y apropiación; cuando dice ‘introduzcan’, vamos a introducir, lo que necesitemos ¿verdad?. […] Incentivando Bolívar en las medidas de gobierno, el desarrollo científico, el desarrollo de las artes, de la tecnología para satisfacer las necesidades de nuestra gente”.

A partir de ésto, el Presidente Chávez desglosa los cuatro procesos sustantivos de CENDITEL, a saber la Investigación, el Desarrollo, la Apropiación y la Reflexión de las Tecnologías Libres, con el objetivo de alcanzar una sociedad donde el conocimiento sea libre y de todos “y más allá, una sociedad con conocimiento, con sabiduría, la sociedad del talento, la sociedad creadora, creativa”. Bajo esta premisa, CENDITEL ha contribuido por más de 12 años a la creación de conocimiento libre y la generación de tecnologías libres (software y hardware), investigaciones y metodologías de trabajo al servicio de la sociedad venezolana y del mundo, poniendo éstos sistemas, dispositivos y productos al alcance de instituciones públicas, empresas privadas, estudiantes, trabajadores e innovadores populares.

No obstante, existe una marcada diferencia entre nosotros y las maquilas tecnológicas de la actualidad, cuyo esquema de producción de bienes y servicios muy en boga en el mundo, lo han etiquetado de forma errónea pero intencional bajo el seudónimo de “freelancer” o “trabajador independiente”. Este nuevo “micro empresario” (como también osan llamarlo) tiene la característica que trabaja desde su hogar (la empresa no tiene que comprar, construir o pagar alquiler por local), con sus propias herramientas y equipos (ahorrándose también la compra y el mantenimiento de éstos), en algunos casos por un pago por hora laborada (particularmente si es un servicio) y en la mayoría por producto terminado (no existen derechos laborales). Pudiendo ser suministrados los insumos por las empresas o por los propios trabajadores, más siendo el producto final propiedad exclusiva de la compañía. Lo más nefasto de este sistema es que al colocarle dichas etiquetas además de otorgarles el “prestigio” de que ahora son “trabajadores” de una empresa transnacional -cuando realmente es una maquila- se adueñan ya no sólo de los productos, bienes, servicios e insumos, sino que además del propio individuo, su identidad, su idiosincrasia, su conocimiento y su mente.

Principios que rigen la oferta de servicios de CENDITEL

1) Todos los procesos sustantivos de la Fundación (desarrollo, investigación, reflexión y apropiación) se centran en la búsqueda del conocimiento como fin, no para adueñarse de éste, sino al contrario para usarlo, analizarlo, mejorarlo y compartirlo con el Estado, las instituciones, las comunidades, los centros educativos y todo el que lo necesite.

2) Todos los productos de CENDITEL están dirigidos al cumplimiento del plan estratégico de la nación, es decir, el Plan de La Patria y sus objetivos históricos y nacionales, no para ponerlos al servicio de empresa o potencia extranjera alguna sino más bien en pro de nuestra independencia y soberanía científico-tecnológica.

3) Tal y como lo establecen las leyes vigentes, la directiva de la Fundación CENDITEL busca mejorar día a día la remuneración, la salud, la seguridad y el esparcimiento de todos y cada uno de los trabajadores y trabajadoras que hacen vida en la institución, intentando en medio de todas las limitaciones económicas que el colectivo alcance la mayor suma de felicidad posible.

4) En CENDITEL las personas no son vistas como mercancía, materia prima o insumos, tal y como lo ven las empresas maquiladoras, sobre todo aquellas que contratan “programadores independientes” que tienen hasta “contadores” virtuales para medir el tiempo que se separan del computador. Al contrario, las personas son vistas como seres humanos, con defectos, virtudes, necesidades, deberes y derechos.

5) La administración de CENDITEL busca cumplir con todos y cada uno de los pagos y aportes que al Estado venezolano por ley le corresponden, siendo una institución generadora de tecnologías y conocimiento libre al servicio de la gente que pretende tributar al motor productivo de la nación y mejorar la calidad de vida de los cenditelitas.